Con las heridas algo menos en carne viva tras la última entrada, tecleo de nuevo.
Y aquí me tenéis con preguntas estúpidas y otras sustanciales formando tal melé en el cráneo que estoy segura que acabará en una cefalea monumental.
Creo que la imaginación me ha declarado la guerra y me está jodiendo por todos lados; tantos putos planes que se hostian desde el precipicio más alto.
La vida de clase media-baja no mola. Ni coche, ni pasta ni destino del que adueñarse.
¿Y qué quedará del periodo estival?
Moretones en las rodillas y poco más.